martes, 3 de agosto de 2010

REINVENTAR UNA SOCIEDAD

Cuando veo en las noticias de la tv., un montón de personas durmiendo en las calles bajo la lluvia para matricular a sus hijos a cualquier costo, es decir, jugándose la vida en esa lucha para que los niños y jóvenes puedan finalmente alcanzar la sabiduría en aquellos templos del conocimiento que supuestamente son las escuelas y colegios, me pregunto, ¿qué significa esa escena patética y sin sentido?
¿Para qué tanto escándalo? ¿Vale la pena? Repito. Y el ministerio en pánico sin saber cómo resolver semejante avalancha. Pensando en una solución práctica e inmediata, les doy una pequeña ayuda algo imaginativa y pragmática ante semejante realidad. Si ya estaban inscritos a través del Internet una buena mayoría de estudiantes, por qué al resto que estaba sin matrícula, no les concedían la posibilidad del estudio a distancia, cosa que creo sí existe, dentro de las posibilidades que da el estado, para que la instrucción-educación, esté al alcance de todos.
De todos modos si en el presente la imaginación estuviera en el poder, como se aspiraba en el mayo 68 francés, todas aquelllas situaciones penosas habrían desaparecido hace mucho.
Así que me arriesgo a poner un poco de imaginación, si me lo permiten, y a reinventar la educación que sería la base para también reinventar un país.
Y recordando a los héroes del dos de agosto y a tantos héroes de revoluciones y de guerras en el mundo, nos preguntamos si tanta sangre, que ha corrido en la historia de esta humanidad, ha logrado concretar las aspiraciones de Libertad, Igualdad y Fraternidad, si tantas luchas con diferentes estilos filosofías y métodos, han logrado esas transformaciones realmente.

En esos mismos templos de la educación, que son tan numerosos y con innumerables espacios fríos y vacíos, se podría crear un nuevo sistema educativo para albergar a niños y jóvenes que en la actualidad andan sin saber para dónde orientar sus vidas, pues lo que se les ofrece no despierta su curiosidad, ni su imaginación, ni sus necesidades afectivas. Por eso están volcados al Internet, a los juegos que la pantalla les da para aturdirse y en general a las ilusiones peligrosas que la sociedad actual les posibilita para evadirse y penetrar en el círculo de la violencia. Porque en el actual estado de cosas, se educa para la violencia, para destruir y autodestruirse.
Si se escribiera un libro sobre las experiencias escolares de niños, jóvenes y maestros, encontraríamos tanta arbitrariedad y sufrimiento, sería un libro doloroso que nos avergonzaría como seres humanos.
Y como una contribución a recuperar esos ideales de libertad, igualdad y fraternidad, y justamente para no caer en el trágico pesimismo, les propongo una pequeña salida imaginativa que tal vez a los jóvenes que se quedaron sin matrícula sí les va a gustar. No sé a los padres, porque ellos están convencidos y creen ciegamente, que la matrícula es el pasaje al paraíso y a una vida futura de riqueza y bienestar.
¿Por qué no?, pensar en borrar todo ese andamiaje instructivo-educativo absurdo y represivo, y comenzar creando talleres de creatividad, donde se ponga énfasis en los principios humanistas y de solidaridad, y que estos sean la base para multiplicar talleres de teatro, talleres de pintura, de lectura, de artesanías, de expresión corporal, de danza, de atletismo, agricultura, matemáticas, biología, física, etc. Donde cada persona siga sus intuiciones y su vocación. Multiplicar las bibliotecas, videotecas, musicotecas. Todo esto sin necesidad de exámenes represores, pues estos sólo contribuyen a humillar y bajar la autoestima de los jóvenes y niños. El sistema de evaluación lo debería realizar cada individuo para saber su avance en los conocimientos que por iniciativa propia desee alcanzar sin presiones de otros. Por qué no pensar en crear una humanidad más feliz y detener los métodos que restringen las capacidades naturales y seguramente más nobles. Creer que sólo el autoritarismo y la represión logran domar o domesticar a los seres humanos, y esto, pensando sólo en el otro, porque quienes imparten estos conceptos, finalmente, de opresión, seguramente no aceptarían tales humillaciones, y nunca permitirían ser atropellados o sometidos a la voluntad ajena. En el actual estado de cosas, la sociedad, en general, educa para la violencia y la opresión. Las medidas que se toman desde los poderes, no importa de donde provengan, son siempre coercitivas, en lugar de pensar en despertar la conciencia de la gente para el razonamiento y la participación en las tareas colectivas.
¿Por qué no podemos pensar en una revolución cultural de esas dimensiones?????

1 comentario:

  1. Estoy totalemnet de acuerdo contigo... Sé de un metodo educativo que es totalmenet liberador, se llama Educación Biocéntrica, puedes ver mas información aquí: http://vivalabiodanza.wordpress.com/2010/07/18/educacion-biocentrica-un-movimiento-de-construccion-dialogica/

    ResponderEliminar