lunes, 30 de julio de 2018

la mala educación

LA MALA EDUCACION


Cuando los jóvenes de un renombrado colegio secundario de Quito, salieron a defender a un profesor que les daba palo como castigo y lo justificaban al decir que era por su bien, y que sus padres también hacian lo mismo, qué podemos pensar de una sociedad que mantiene esas conductas. Cuál ha sido el resultado del trabajo en educación de los últimos diez años en los que se construyeron grandes edificios para unificar una educación que iba hacia dónde?

Por qué ese discurso de los jóvenes que se suponían rebeldes y contestatarios a las viejas normas de /"la letra con sangre entra" se vino abajo en estas épocas confusas? Muchos de los ex alumnos de este colegio secundario considerado en los años sesenta, setenta y anteriores, como el que mejor formacion daba a sus jóvenes, deben sentirse indignados de ver la involución sufrida por dicho establecimiento educativo que en el pasado se enorgullecía de haber albergado a personalidades fundamentales de la vida intelectual y política del Ecuador. Es necesario recordar que los mejores estudiantes egresados en esos años, se destacaban en las aulas universitarias por su nivel de reflexión y conciencia política además de sus conocimientos humanistas.

¿Qué pasó?  Nos preguntamos con cierta pena, más bien, verdadera decepción por cómo se ha retrocedido en los pasos que se suponía iban hacia adelante. En cuántos países se está dando igual escenario de atraso, que considera primordial el aprendizaje de los mecanismos de la tecnología informática y computación, sin tomar en cuenta las bases éticas y de conocimientos en ciencias humanas y sociales tan necesarias para dar a la tecnología el valor que debe tener en la comunicación entre los individuos,  y por lo tanto, su incidencia en el desarrollo de la ciencia y en la evolución de los pueblos.
   

domingo, 15 de julio de 2018

CARL SAGAN



CARL SAGAN: CIUDADANO DEL COSMOS

(Publicado en el número 414 de la revista Mundo Diners)

   Carl Sagan, nació en Brooklyn, Nueva York. Hijo de inmigrantes, tuvo una infancia humilde, desde muy pequeño dio muestras de una inteligencia excepcional y en sus juegos manifestaba gran interés por las estrellas que contemplaba en la noche. Los padres se empeñaron en darle una buena educación y lo apoyaron en su desarrollo hacia el estudio científico. Leía con avidez historias de Ciencia Ficción, y según relatan quienes lo conocieron en su infancia, él deseaba viajar y también investigar sobre la vida en otros planetas, estudiar las estrellas y diseñar naves espaciales. A los trece años ya destacaba en la escuela secundaria.
    Sus estudios universitarios los realizó primero en la universidad de Chicago, allí tuvo ocasión de trabajar en el laboratorio y estudió el origen de los organismos con los genetistas Herman Meller -premio Nobel- y Joshua Ledeberg, obtuvo su doctorado en astrofísica y astronomía. En este período de su vida contrajo matrimonio con la genetista Lynn Margulis con quien tuvo dos hijos. Más tarde fue profesor en Harvard y decidió monitorear señales de radio en busca de civilizaciones extraterrestres. Analizó la posibilidad de que seres extraterrestres pudieron haber visitado alguna vez la tierra.
   Tuvo éxito como profesor y a partir de esta actividad expresó su deseo de popularizar la ciencia. Pero el departamento de astronomía de Harvard era demasiado conservador y no le renovó el contrato. Estudiar la existencia de  vida extraterrestre era evitado por los astrónomos porque temían ser desprestigiados. Sus teorías eran atractivas pero a la vez consideradas una amenaza al orden establecido. En 1968 pasó a dar cátedra en la Cornell University. El segundo matrimonio que terminó en divorcio fue con Linda Salzman con quien tuvo una hija.
   En 1970 fue nombrado director de Estudios planetarios y entró a colaborar con la recién formada NASA. Su ensayo sobre el efecto invernadero en Venus causó sensación entre los astrónomos, además, estaba seguro de que se podía encontrar vida en Marte. Años más tarde, el Mariner 9 descubrió que había grandes posibilidades de vida en ese planeta.
   En cada una de las naves Pioner y Voyager, Sagan envió un disco con información acerca de la Tierra: fotos, sonidos, saludos en distintos idiomas y las ondas cerebrales y latidos del corazón de Anne Druyan su tercera esposa. Con ella realizaron el programa Cosmos por televisión, éste salió al aire en 1980 con mucho éxito, luego de tres años de intenso trabajo.  En 1992 fue nominado para ser miembro de la Academia Nacional de Ciencias, no obstante, su ingreso fue saboteado por otros miembros de esta academia.
Afectado por una enfermedad llamada mielodisplacia y sometido a varios transplantes de médula, falleció en Seattle en 1996. 
   La serie Cosmos se difundió en Ecuador a través de la televisión en la década de los ochenta, tuvo mucha aceptación del público interesado por los documentales científicos, audiovisuales que hasta entonces estaban reservados, al menos en nuestro medio, para verlos proyectados en cinematecas o en alguna videoteca especializada en temas culturales.
   La antigua serie, en la cual Carl Sagan además de llevar hacia el público, la ciencia, las investigaciones y los misterios del espacio multidimencional  que despliega el cosmos, nos permitió visualizar un camino más allá de nuestro minúsculo planeta confundido en la inmensidad, comparable a un grano de arena en una playa infinita. En el macro universo que nos rodea con sus cientos de millones de estrellas y galaxias aparentemente ajenas a nuestras microscópicas vidas, algún papel cumpliremos dentro del colosal escenario, tal vez el de partículas mínimas como aquellas apenas conocidas por nosotros: átomos, moléculas, quizás de células benignas o de bacterias destructivas, no lo sabemos con certeza.
   Volviendo a Carl Sagan, el científico que se propuso divulgar la ciencia del espacio a miles de seguidores de esta serie, cuyo contenido no se refería únicamente a una tecnología fría y aislada de otras ciencias, sino que la concibió integrada a la historia y al devenir de la humanidad. El sentido pedagógico que dio a estos documentales le condujo a explorar y reflexionar sobre los inmensos conocimientos que  antiguas civilizaciones como la egipcia y la griega lograron alcanzar, al igual que las culturas originarias americanas en sus concepciones sobre los misterios del universo y sus observaciones del cosmos.
   El conocimiento y la exploración del universo en busca de otras civilizaciones más allá de nuestro planeta, ha sido la gran atracción de la ciencia espacial y de muchos  aficionados.  Hoy buscamos un mensaje de las estrellas, decía Carl Sagan, y semejante a las antiguas búsquedas de los sabios, los científicos del SETI estaban dispuestos a descifrar las comunicaciones interestelares, con la esperanza de que algún día llegue un mensaje a la Tierra; para ello, se instalaron radiotelescopios de gran potencia que captarían señales de hasta quince mil años luz de distancia, y fueron colocados en diversos puntos del globo. Uno de ellos, el de Arecibo, situado en Puerto Rico y a punto de dejarlo fuera de funcionamiento, por falta de presupuesto para su mantenimiento, según noticias recientes.
   En 1982, Carl Sagan publicó en la revista Science, una petición de defensa del proyecto SETI destinado a la búsqueda extraterrestre, la misma que fue firmada por setenta científicos.
   Hay algo como una piedra de Rosetta cósmica, si se diera el caso de una comunicación extraterrestre, afirma Carl Sagan en su serie, y añade que todas las civilizaciones técnicas  del cosmos, por muy distintas que éstas sean, deben tener un idioma común, el idioma de las ciencias. Porque las leyes de la naturaleza son iguales en todas partes. Es decir, según sus palabras, todos los seres de cualquier planeta están regidos por las mismas leyes naturales, si bien las teorías cosmológicas de los últimos años han lanzado diversas hipótesis sobre los universos paralelos, los mismos que podrían regirse por leyes diferentes a las conocidas por la ciencia terrestre actual.
   Las creencias sobre la existencia de seres extraterrestres que nos observan están muy difundidas por Internet. En él encontramos todas las teorías posibles y testimonios de personas que supuestamente han tenido contacto con habitantes de otros mundos.  Hay todo tipo de especulaciones, fotos o filmaciones, en buena parte trucadas y muchos  testimonios falsos que desbordan los medios virtuales. Entre los llamados conspiranoicos hay muchas teorías sobre la presencia de estos seres que supuestamente ya están aquí y que vienen a salvarnos o a destruirnos.  De toda esa cantidad enorme de información, ¿habrá alguna que sea verdadera? quizás, pero el hecho mismo de lanzarla al Internet  de modo sensacionalista, en un tono que ronda la superstición, hace que se produzca el rechazo y la confusión. Probablemente las investigaciones científicas las estén llevando en privado sin popularizarlas como anhelaba Sagan a través de Cosmos.    Según el astrónomo, la especulación desenfrenada de los aficionados sirvió para ahuyentar a los profesionales
   En la serie Cosmos, Sagan hace cálculos matemáticos sobre la probabilidad de que existan cien mil millones de mundos habitados en ésta y otras galaxias. Es mucho más probable que la galaxia esté latiendo y vibrando con sociedades avanzadas, dice en uno de sus capítulos, aunque sospecha que muy pocas de las que poseían alta tecnología hayan logrado sobrevivir, y que sólo civilizaciones muy antiguas y sabias  pudieran haber permanecido en el tiempo. Las otras, según el análisis que realiza, se habrán destruido en su adolescencia tecnológica.
   Ante el escenario peligroso, de ensayos nucleares y la defensa, que Reagan proponía, con su plan estratégico de un escudo llamado La guerra de las galaxias, Carl Sagan protestó como activista por la paz y la protección del medio ambiente. Condenaba el armamentismo absurdo de las grandes potencias, que competían en el desarrollo nuclear y en el enorme gasto que ha implicado siempre, la fabricación de armas cada vez más sofisticadas para la destrucción. En una marcha en Nevada contra el armamentismo él y su esposa Anne fueron apresados en 1986.
   Eligen la muerte en lugar de la vida, decía, y soñaba en que nuestro pequeño planeta dividido en territorios y separado por guerras y fronteras, pudiera convertirse en un mundo justo y sin contaminación, cuyo desarrollo científico se orientase hacia la exploración del universo, y la aspiración de todo ser humano fuera la de convertirse en un ciudadano del cosmos.   En su novela de ciencia ficción, Contacto, libro que tuvo gran éxito entre los lectores y fue llevado al cine,  Carl Sagan libera su imaginación apoyándose en la ciencia para escribir esta narración sobre la comunicación recibida finalmente por el radiotelescopio Arecibo. La protagonista, realiza un alucinante viaje hacia la estrella Vega, a través de una dimensión que no es precisamente de espacio y de tiempo sino de  perplejidades y deslumbramientos, de sensaciones y de sentimientos. Un final insólito de la novela nos devuelve a la realidad con un sabor secreto de haber desvelado el gran misterio de las dimensiones espaciales y acerca de otros planos del cosmos que habíamos ignorado.

 Y.Z.P