TRAS BAMBALINAS
El show
eleccionario en los diferentes países va siendo cada vez menos creíble por el
pueblo más pensante.
La gente que se deja llevar por inercia o por comodidad, especialmente si el sufragio es obligatorio, vota por el que le parece que brilla más sin que
haya un análisis consciente de todos los personajes que participan en las elecciones,
y como es cada vez más evidente, son los populismos los que más brillan con
luces artificiales: bailes, cantos destemplados y más oropeles costosos con
dineros a veces de dudoso origen En otras palabras, la gente cada vez más aturdida por
la farándula, por el sensacionalismo y los reality shows, apuesta por esos
personajes que los llaman outsiders, porque no se sabe de donde surgieron a la
palestra, y todo por salir de la monotonía de ver las mismas caras de los políticos
de la tele, se lanzan a ciegas sin meditar en las consecuencias de su voto
inconsciente.
Pero
detrás de todo ese carnaval hay proyectos que siguen favoreciendo a los de
siempre, a las élites que dominan esta caricatura de democracia, donde el
dinero, los capitales y la banalidad es lo que cuenta. Los mecanismos de todos
estos gobiernos, si ponemos atención, son los mismos aunque se pongan como
presentación, un cartel que diga que ``el gran cambio ha llegado”.
Por qué persistimos con este tipo de gobiernos que lo que más hacen, una vez que suben al poder, es: oprimir, exprimir y reprimir a los pueblos. Para qué los necesitamos?
Por qué persistimos con este tipo de gobiernos que lo que más hacen, una vez que suben al poder, es: oprimir, exprimir y reprimir a los pueblos. Para qué los necesitamos?
Creo
que en un futuro cercano, los pueblos encontrarán la verdadera democracia
cuando se organicen desde las pequeñas comunidades en forma consciente, dando
la espalda a los ególatras ambiciosos y a los oportunismos, teniendo como metas
la solidaridad, la ética y la creatividad. Es el camino que nos queda a la
humanidad en las actuales circunstancias.