lunes, 26 de noviembre de 2018

REFUGIADOS






                      REFUGIADOS

El hombre y el niño remaban en un mar irreal con gaviotas estáticas bajo un cielo gris azulado. Hacia dónde navegaban padre e hijo, unidas las manos sobre el remo para darle más impulso a su pertinaz huida; escapaban de algún punto del planeta hacia un país imaginario, su mirada de refugiado se detenía en el horizonte incierto. Aunque los tonos eran crepusculares, no presagiaban tormenta. El niño interrogaba al padre y éste lo calmaba con su voz protectora:”Cuando salga la luna llegaremos a buen puerto, escucha la voz del mar, llegarán a buen puerto”, y el niño sentía el abrigo de sus palabras y cabalgaba con ellas encima de las olas como sobre el tiempo.

(fragmento)
Y.Z.P