LA ACUMULACIÓN
El
diálogo entre un sindicalista y un empresario terminó con las palabras del
empresario sin que el dirigente obrero haya podido replicar porque finalizó el
debate y se acabó el programa radial….
El
dirigente obrero expresaba que el problema de los empresarios era, que siempre
la tendencia de ellos era la de acumular
riqueza, a lo que el empresario respondió que no había nada de malo en acumular
riqueza y que ojalá se pudiera acumular más, que no hay que ser envidiosos.
Qué
significan esas palabras en la mentalidad de un empresario: pues que ellos dicen
que están creando riqueza y que de ellos depende el que los pobres tengan
trabajo, aludiendo a la gran desocupación que se acentúa no sólo en el Ecuador
sino en otros países, es decir que tienen todo el derecho de
acumular riqueza, que el poder para dar
de comer al hambriento está en sus manos, que la riqueza del mundo les
pertenece, y es obvio que así es, lamentablemente. No quiero meterme con las estadísticas pero
según ellas, la riqueza del mundo está en manos de unos pocos.
Los
socialismos en el mundo que en principio lucharon para que se pudiera distribuir con justicia
la riqueza y terminar con las injusticias sociales, fracasaron por influencias externas y por
usar la imposición violenta a lo interno, y también porque muchos se
disfrazaron de socialistas para utilizarlo en su provecho y en el de sus
cómplices. Un socialismo verdadero se concentraría en la educación para ampliar
la conciencia y que los individuos
pudieran desarrollar la verdadera libertad, es decir, crear un sistema justo
donde no haya explotadores ni explotados, ni pobres ni ricos. Pertenecer todos, a una clase media que tuviera a
su alcance los conocimientos para mirar la vida y su entorno con lucidez,
pudiera eliminar el hábito de la avaricia, la codicia por acumular bienes materiales y fuera
capaz de desarrollar el sentido solidario con el objeto de encontrar formas
creativas, naturales y posibles para la supervivencia de todos.
Hay
pensadores como Marx, ahora rechazado debido a la nueva ola capitalista, que desvelaron en su obra El Capital todas las anomalías y astucias del capitalismo, analizando y denunciando las injusticias del sistema que actualmente gobierna al mundo.
Los
gobiernos dependientes del capitalismo no consideran otra opción que la de
pedir préstamos a los grandes financistas para salvar y sostener el sistema de desigualdad social. Tienen la mirada y la imaginación corta para pensar en otras
maneras de organizar a la gente amontonada en las ciudades, bien podrían impulsar el trabajo digno en el campo para cultivar la tierra y mantenerla sana, sin
socavarla ni herirla mediante la extracción de petróleo y minería, que sabemos, les sirve para
pagar las deudas adquiridas con aquellas empresas internacionales que practican la usura con la venia de los susodichos gobiernos.