El mundo es de todos, y el
universo nos recuerda que no pertenece a nadie. Hemos nacido en un sistema de
vida que nos impuso la creencia de que todo pertenece a alguien y que ese
alguien no sólo es dueño de tierras y demás, sino que también las vidas y la
conciencia de los otros semejantes están bajo su poder y su mandato.
Las religiones creadas en el
mundo para imponer ese pensamiento nos han depredado el sentimiento de libertad
con el que nacemos. Desde pequeños se
nos impone una manera de ver la vida que nos limita, nos vuelve temerosos, a la
espera de una orden para realizar tal o cual acción, o que las acciones nos
vengan por orden de alguien. Tal domesticación entre otros dogmas, ha impedido
el desarrollo interno que permite razonar y alcanzar el conocimiento de
nosotros mismos y del mundo natural que nos rodea. Esas enseñanzas que nos
vuelven egoístas, ambiciosos y dispuestos a apropiarnos de cosas y personas,
normas que son trasmitidas a través de la educación: del sistema educativo que
tiende a crear autómatas al servicio de los mandatos “superiores”, nos impiden
ser libres y solidarios, y producen el efecto contrario, es decir: formar seres
obedientes que a la larga caerán en las redes de la egolatría y del fanatismo.
El escándalo del siglo sobre el
espionaje por internet, que ejerce la mayor potencia mundial en descenso, es
también un pecado que toca a todos los países y a muchos gobiernos que
practican el espionaje también en sus propios reductos. Como diría cierto personaje de la historia, “el que
esté libre de pecado que lance la primera piedra”, pero la hipocresía y el "sálvese quien pueda" es una práctica cotidiana de los políticos que practican el
maquiavelismo y la mentira. Se rasgan las vestiduras y critican a los otros, no sólo en el tema de internet sino en muchos otros, (asunto petróleo y contaminación) mientras cometen grandes perjuicios en sus propios países.
Posiblemente el sistema de correos antiguo era más seguro que el correo electrónico actual, había leyes que protegían la inviolabilidad de correspondencia, aunque también se las transgredía cuando era "conveniente", pero viendo bien lo que está sucediendo actualmente, nos hace mirar con nostalgia el pasado, aunque los tecnólogos digan que está prohibido mirar hacia atrás. Estupidez que de tanto repetirla tiene apariencia de verdad y ese concepto resbaloso, les da derecho a imponerla para que desde arriba se controle mejor a los de abajo.
Y.Z.