domingo, 11 de septiembre de 2011

El problema (Silvio Rodriguez)

SOBRE LAS LIBERTADES

Es un tema que tiene vigencia de modo permanente y en todos los espacios de la vida.
La demanda millonaria del gobierno del Ecuador al diario El Universo, pone en primer plano el uso y abuso de la libertad de expresión en gobernantes y gobernados. Como dice el dicho popular, “quien siembra vientos cosecha tempestades”. Si alguien en su discurso oral o escrito no duda en insultar, denostar y humillar a los otros, no va a tardar en recibir una respuesta en el mismo o peor tono.

La forma de ejercer política en la mayoría de países del mundo, tiene mecanismos sucios y recurre tantas veces a rebuscar los errores, metiéndose hasta debajo de la cama, a menudo tergiversándolos en forma hipócrita, para sacar a relucir las intimidades o para destruir a una persona, sea que esté en la mira política o no. De ninguna manera me estoy refiriendo a los delitos flagrantes contra la sociedad como el fraude y los crímenes de estado, y la forma de adquirir dinero fácil mediante mecanismos que el sistema permite, la violencia disfrazada de legalidad, o los actos criminales de arranche, sicariato y estafa callejera.

Si alguien tiene las metas sociales claras no necesita de los ataques personales, el papel del gobernante es defender los objetivos sociales y anteponerlos a sus intereses personales; las agresiones personales sobre todo hechas públicamente, vengan de donde vengan, traen consecuencias, porque son agresiones difundidas por todos los medios que se alimentan del chisme y del amarillismo, y cada individuo tiene derecho a defenderse, sobre todo si los ataques verbales son injustificados y si lo que se dice sobre determinada persona es una calumnia lanzada a los cuatro vientos. La calumnia o la agresión verbal no se encuadran en la libertad de expresión. Este principio no tiene un valor en dinero, es un valor ético y hay que liderar la Etica para que el mundo decadente de nuestro tiempo cambie, de otro modo seguiremos reproduciendo los males que nos aquejan en el presente.

El momento que está viviendo nuestro mundo globalizado, según los medios de comunicación, nos permite conocer, tal vez parcialmente, pero también leer entre líneas, sobre el estado de salud de la sociedad mundial. La crisis actual visibiliza el gran deterioro y la fragilidad del sistema social y financiero. ¿Qué países sobrevivirán a tal situación? No hay manera de tomar previsiones frente a tal calamidad, al menos, no con el estilo de medidas que se han tomado hasta aquí o hace décadas, como es el caso de la primera y segunda grandes guerras mundiales y como todas las guerras, conflagraciones que han generado el gran negocio de las armas, y han evitado el colapso de la economía estadounidense, negocio que le ha permitido levantarse como la mayor potencia y ejercer el control mundial hasta nuestros tiempos. Pero en la actualidad, el armamentismo no es sólo el único negocio de unos cuantos países y un negocio que puede aniquilar la vida en la tierra, pero que posiblemente llena los bolsillos de unas cuantas corporaciones, o como se llamen; hay tantas formas muy discutibles para enriquecerse en nuestro tiempo: el petróleo, la droga, el alcohol, la prostitución, la sobreoferta alimentaria, esta última para comerciar entre un sector de la población capacitado para comprar, mientras la mayor cantidad de seres humanos está sufriendo hambruna y los efectos de la contaminación del planeta.

El absurdo hecho realidad. En los países considerados desarrollados se enferman por obesidad, en los países pobres, no se alcanza a cubrir el mínimo de necesidades elementales de comida para los seres humanos que en este instante están muriendo por desnutrición. Mientras tanto, el papa romano declara que intenta con rezos, detener la muerte por hambre de los pobladores somalíes, a pesar de que los principios cristianos, sobre los cuales aparentemente se sustenta el catolicismo y las sectas en boga, deberían llevarlo a utilizar los tesoros del Vaticano para salvar a esa humanidad sufriente. Cuántas instituciones parásitas ejercen control sobre nuestro mundo, es algo inconcebible, y expresa la incoherencia de nuestras estructuras sociales.

Los acontecimientos que revelan descomposición e injusticia social se suceden aceleradamente, poniendo en evidencia los errores, el fracaso de las formas de gobierno en vigencia, que siguen funcionando con los mismos esquemas erráticos de desarrollo, producto de una mentalidad humana calcificada o fosilizada, que no admite salirse de los caminos habituales ni practica la verdadera democracia desde las bases sociales, que a pesar de la alienación en la que están sumidas, a través de la reflexión lúcida sobre la realidad, éstas podrían dar las pautas para la creación de futuras comunidades más humanas y justas.

Y. Z.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Marx en el Soho (completa).MP4



Marx en el Soho: es un monólogo teatral que vale la pena ver y escuchar. Tomado de Youtube.