sábado, 31 de marzo de 2018

Realidad, ficción y paradoja en el arte cinematográfico



REALIDAD, FICCIÓN Y PARADOJA EN EL ARTE CINEMATOGRAFICO


El cine es un arte completo y complejo: música, artes plásticas, literatura, fotografía, dramaturgia, y toda la gama de expresiones estéticas que integran la cinematografía.
Creación e imaginación entretejen las historias que el cine nos ha entregado desde sus inicios. 

Grandes producciones clásicas, que todavía hoy admiramos, sobreviven al paso del tiempo y han sido el modelo que ha inspirado al cine del presente y han contribuido a su evolución con la aparición de la nueva tecnología. Me refiero al gran apoyo que recibe  de la herramienta virtual para crear efectos cinematográficos con los cuales resuelve problemas que antes para lograrlo era necesario que construyera escenarios costosos y contratara a miles de extras en las grandes producciones como fue el caso de Ben hur o Espartaco,  en las cuales necesitaron innumerables recursos escénicos. En Espartaco de Kubrick, por ejemplo, es posible admirar la recreación de las legiones romanas alineadas, desfilando en formaciones perfectas,  con el propósito de reflejar con gran fidelidad la realidad de los hechos y lugares en los que se  desarrollaba la historia. narrada.
Gigantescas estructuras fueron construidas como escenarios para películas de principios y mediados del siglo veinte, si recordamos la primera versión de King Kong o la legendaria Lo que el viento se llevó.  El trabajo monumental de realización no sólo se ocupaba de reflejar los exteriores de la historia contada sino  también el interior de los personajes, tarea titánica que llevaban a cabo con genialidad los grandes realizadores de la cinematografía mundial de aquella época, incluyendo en ello a Charles Chaplin y su obra imperecedera.

En la década del setenta se estrenaba 2001 Odisea del espacio, la obra maestra de Kubrick, todavía no existe otro film sobre el tema, en mi opinión, que lo supere en arte y en contenido filosófico. Se han realizado muchas películas con grandes efectos visuales y  virtuales, sin embargo el viaje que nos propone Kubrik en 2001 Odisea del espacio alcanza un nivel artístico excepcional.
En el cine europeo de antaño, la primera versión de Los miserables cuyo personaje protagónico fue interpretado por Jean Gabin es una de las grandes producciones de ese tiempo, la Nouvelle Vague francesa, llamada así por el nuevo estilo que imprimía a sus películas, el realismo italiano, el cine de Bergman, el de Buñuel, el cine inglés contestatario de la época y también el de aliento poético en muchas películas rusas.  Es un ciclo en el tiempo, que rompe muchos esquemas del cine tradicional que se había hecho hasta entonces.

La industria del cine, hoy en auge, nos permite entrever el enorme trabajo que implica la realización de una película, sea de antes o de ahora y la necesidad  que tienen los productores y realizadores, de formar un gran equipo. Junto al director están: el asistente de dirección, director de arte, guionistas, continuistas, iluministas, sonidistas, diseñadores, maquilladores, camarógrafos, dirección de actores, entre otros técnicos y profesionales del cine.
En esta época presente, llena de acontecimientos confusos y salpicada de guerras en medio oriente sobre todo, los afanes bélicos pesan más que las voces pacifistas, el cine en muchos casos,  refleja esa realidad, pero el cine mediocre añade con cierta dosis malsana lo más vendible para esta clase de productos, es decir, los componentes de violencia y crimen que exigen ensangrentar las escenas y poner los efectos de velocidad y sonido suficientes para llevar al espectador al paroxismo y elevar su nivel de adrenalina, como lo aconsejan la publicidad de tantas cosas para asegurar su éxito en el mercado.  Por lo tanto se lo puede considerar como un cine de evasión y  de manipulación, y en los peores casos, como instrumento de inducción a prácticas perversas y destructivas. Sobre todo, porque la inmadurez de un  público masivo, que no ha sido educado como espectador crítico y por esa causa también carece de sentido estético, es fácilmente sugestionable y tiende a imitar las acciones vandálicas o violentas que se muestren en la pantalla. Este último análisis sobre el tipo de películas referidas, no pretende ser moralista sino mover a la reflexión acerca de los contenidos fílmicos, para poder identificar lo que significa el arte cinematográfico y diferenciarlo de los tantos engendros que pueden atrofiar la conciencia y el lado sensible de la gente. Pero sobre todo, es la educación de una sociedad la mayor responsable en la formación de espectadores críticos y conscientes.

Pasando al verdadero arte cinematográfico, encontramos que actualmente se realizan películas de un gran nivel artístico, unas permiten la distensión de la rutina estresante, otras la reflexión y el debate cuando los contenidos tocan temas densos que reflejan a la humanidad en su dura realidad pero que han sido llevadas con inteligencia y creatividad.

De todo este mar de películas y videos que produce el cine contemporáneo, nombraré unas cuantas hechas con amplia conciencia estética que a los cinéfilos nos dan una visión certera de lo que significa el buen cine: muchos de estos films no han sido premiados ni tampoco muy difundidos en nuestro medio:  El paciente inglés de Anthony Minghella; El cielo protector de Bernardo Bertolucci; ambas basadas en obras literarias; En la cuerda floja de James Mangold con Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon, la historia de un cantante de música country con soberbias actuaciones. Bastardos sin gloria  de Quentin Tarantino, cuyas películas tienen un componente violento llevado a la exageración pero desde una visión sarcástica, es un cine inteligente para un espectador maduro que puede mirar con mente abierta y crítica lo absurdo de la maldad humana; Blue Jasmine deWoody Allen, una genial puesta en escena del laberinto psicológico humano individual  y  su entorno social. Being Flynn  de Paul Weitz , expone con brillantez la realidad de los marginados en la ciudad de New York, la miseria creciente de la urbe y las oportunidades excepcionales de salir a flote por el lado positivo, con las admirables actuaciones de Robert De Niro y Paul Dano;  La cordillera, película argentina de gran actualidad por los entretelones  y las conspiraciones políticas que expone, dirigida por Santiago Mitre con Ricardo Darin; Un dios salvaje de Roman Polanski el célebre director caído en desgracia por la implacable injusticia de su país de adopción. Un hombre serio, direccion de los hermanos Cohen: estos directores han puesto un signo particular a sus películas, concebidas con ironía y arte. El show de Truman de Meter Weir con Jim Carrey, nos habla de un mundo artificial manipulado por los poderes ocultos tras bastidores. The master de Paul Thomas con Philip Seymour Hoffman y la oscura vida de las sectas; Barreras, dirigida por Denzel Washington: la sobrevivencia de los negros en una sociedad desigual; La llegada,  película de ciencia ficción llevada con equilibrio estético por Denis Villeneuve con Amy Adams, entre muchas otras dignas de mención, la lista es larga, cada espectador tendrá sus preferencias.

El acontecimiento anual de la entrega del Oscar a las mejores películas no siempre acierta en su elección,  y muchas veces quedan rezagadas producciones de gran nivel artístico y extraordinarias actuaciones. Pero el cine es el espejo mágico que nos devuelve una imagen de la humanidad hecha de sombras y luces, sus interioridades y  apariencias proyectadas con diversidad artística en la pantalla de un cine o de  cualquier aparato electrónico doméstico al alcance de casi todos.