Nuestro homenaje a los pueblos originarios y a su derecho de
construir una forma de gobierno que respete esa comunión con la tierra que es su
casa, la de todo ser humano y de todos los seres que conviven en ella.
La tarea fundamental que las sociedades deben asumir es la
protección de la vida y la defensa de la naturaleza.
Contra los afanes depredadores y la obsesión por el dinero que los poderes gobernantes, en la actualidad,
se empeñan en implantar para destruir el entorno natural y a quienes se oponen
a esta, llamémosle barbarie civilizatoria,
está la búsqueda de la paz y de una nueva conciencia para entender la vida en
su totalidad.