jueves, 14 de abril de 2022

TRES NOVELAS HISTÓRICAS

 

TRES NOVELAS HISTÓRICAS

 

Por alguna razón algunos autores literarios optaron por escribir sobre  personajes y situaciones históricas, quizás como una forma de entender el pasado para interpretar el presente.

Diseñar una novela histórica implica,  para el autor, no solo remitirse a documentos que sustenten en buena parte los sucesos y la vida de los personajes, sino tomar de la propia experiencia, elementos que le permitan penetrar en el alma de los protagonistas y de su entorno para  alimentarlo de lo real y de lo imaginario con el propósito de darle a la narración el color y la textura de un hecho verídico. Por lo tanto, la obra trabajada tendrá un contenido de la experiencia humana individual que en suma corresponde al conjunto de células cada una de las cuales concentra en sí misma lo esencial del tejido colectivo.

Novelas universales maravillosas como Espartaco de Howard Fast o Memorias de Adriano de Marguerite Yurcenard, entre otras obras, célebres por su maestría y por esa magia envolvente que deslumbra al lector, han servido en muchos casos como un modelo inspirador para escritores que han optado por este género narrativo.

 

En el Ecuador se han escrito importantes novelas con fondo histórico o directamente sobre personajes y acontecimientos históricos: A la Costa, de Luis A. Martínez, La hoguera bárbara de Alfredo Pareja Diezcanseco, Cuando los Guayacanes florecían de Nelson Estupiñán Bass, Las cruces sobre el agua de Joaquín Gallegos Lara y muchas otras y más recientes escritas por autoras y autores contemporáneos.

 

En este artículo me detendré sobre tres novelas que estuvieron en mis manos y las disfruté leyendo:  Rayo de Luis Zúñiga, El bicho que se bajó del tren de Benjamín Ortiz  y El perpetuo exiliado de Raúl Vallejo.

 

RAYO:  LUIS ZÚÑIGA PAREDES

 

Su primera novela, Manuela, tuvo varias ediciones con mucho éxito y difusión entre los lectores,  obtuvo el premio Joaquín Gallegos Lara del Municipio de Quito, Rayo, mereció una mención en el año de su publicación y ha tenido tres ediciones: dos publicadas por la Casa de la Cultura Benjamín Carrión y una en la editorial Libresa. La tercera edición de la CCE, se publicó en 2019

 

En este artículo sobre la novela histórica me detendré en su segundo libro: Rayo, para mí el más relevante en el sentido literario y por asumir la construcción de un personaje que toma forma a la sombra del que, evidentemente y a pesar del título del libro, es el personaje fundamental y al que en la novela se lo nombra como Él, alrededor del cual se desarrolla la narración, me refiero a la omnipresencia de García Moreno en la historia contada.

 

Capítulos que narran con detalle meticuloso la descripción de objetos, situaciones y acciones de los personajes. Una mirada fotográfica recorre lugares teñidos por la luz mortecina de los faroles en un Quito sumergido en la noche, escenario propicio para sórdidas conspiraciones y en el que la narración proyecta la silueta de un García Moreno envuelto en su hábito de concupiscencia convertirse en depredador sexual durante sus correrías nocturnas y por las mañanas verlo atravesar la calle hacia la catedral para tomar la comunión  diaria, antes de imponer su presencia tiránica y poner en marcha  objetivos y trabajos llevados a cabo con ímpetu y férrea decisión.

 

Faustino Rayo toma forma humana en la novela de Luis Zúñiga,.fuera de la caracterización odiosa que los libros escolares dieron a la figura del individuo que asesinó a machetazos al presidente mártir, sin dar a conocer los antecedentes  que despertaron el resentimiento y la furia del personaje, muy bien concebido en la novela  al describir los hechos  que lo llevaron a cometer el crimen, empujado por los celos y embarcado en dicha acción por el conciliábulo político que había  decidido librarse del tirano.

 

Si bien el autor no escribe su libro pensando en el lector, la manera de introducirse a fondo en la vida y avatares de los protagonistas, basta para involucrar al lector en las aventuras y desventuras en este caso de Faustino Rayo, y de poner al descubierto la mente perversa y calculadora de García Moreno. De un modo acuciante y certero, Luis Zúñiga describe con visión cinematográfica los momentos más intensos de la novela, sea en los capítulos donde expone la dura vida de Rayo como guardián de los confinados políticos en la Amazonía, o cuando éste se enfrenta  a sus visiones bajo el efecto de la Ayahuasca compartida con los indígenas en las profundidades de la selva, y de otra parte, la trama desarrollada en la mente y en la configuración de la psicología del personaje que representa a García Moreno.

 

Una novela bien escrita donde el autor libera su imaginación para describir las acciones y escenarios donde transcurren los hechos y momentos dramáticos de la obra.

 

El siguiente párrafo tomado del libro, corresponde al capítulo que narra las visiones de Faustino Rayo durante el ceremonial de Ayahuasca en la selva amazónica.

 

El brujo le dijo que se lanzara hacia el río, que olvidara todos sus temores. Volvió la vista hacia el precipicio y vio que Belinda lo llamaba desde la profundidad de una de las orillas del río. Con la mente totalmente perdida se arrojó al vacío, y mientras caía con lentitud, vio y sintió que la llovizna que levantaba la estruendosa cascada bañaba su cuerpo llenándolo de un renovado vigor. Reparó de pronto que la mano de Belinda tomaba la suya, y que luego ambos caminaban hacia una caverna donde una enorme fogata ardía en su entrada. "Allí están, míralos", dijo Belinda con los negros cabellos azotados por un repentino ventarrón. "¿Quiénes?", preguntó Faustino sin que pudiese ver nada entre el humo y las lenguas de fuego que se alzaban ante sus ojos. "¡Míralos!, ¿los reconoces?". Vio entonces que él mismo, bajo el umbral de su dormitorio en la ciudad que había dejado quién sabe ya cuántas semanas atrás, contemplaba impasible la escena de dos cuerpos desnudos revolviéndose sobre aquella cama tan familiar para él. Era María Mercedes la que abrazaba a un hombre que se agitaba sobre ella. Quedó estupefacto al ver ese rostro femenino transformado por el vértigo dulce del placer. Miró la espalda blanca del hombre que hacía compañía a su esposa, pero no alcanzaba a identificarlo; ella hacía todo lo posible para que su pareja no se dejara ver la cara; lo cubría con sus manos, lo entretenía con un prolongado beso para cubrir su identidad. Quiso acercarse pero no pudo. Estaba paralizado. Intentó gritar, pero fue en vano; el aire que expelían sus pulmones no pudo hacer vibrar las cuerdas vocales. Fue entonces cuando el hombre del lecho se separó de María Mercedes para mirar al petrificado observador, quien desde la penumbra de la habitación los contemplaba: era ÉL. El mismísimo mandatario del Ecuador, el hombre al que había considerado como su protector, el sacrosanto varón a quien había obedecido tantas veces, como la mayoría de ese rebaño de gentes silenciosas que lo admiraban y temían en el país. Una sonrisa canallesca se dibujó en los labios lívidos del dictador. "¿Qué se le ofrece, señor Rayo?".

 

 

EL BICHO QUE SE BAJÓ DEL TREN: BENJAMÍN ORTIZ BRENNAN

 

Es la segunda novela histórica de Ortiz Brennan publicada en 2021, el autor fue director del  desaparecido diario Hoy durante 17 años. La experiencia adquirida como relator de sucesos en las columnas periódicas sobre sociedad y política, fueron el detonante para incursionar con vehemencia en este género narrativo.

 

Novela inspirada en la construcción del ferrocarril que unió a la Sierra con la Costa ecuatoriana (1872-1908), iniciada por el gobierno de García Moreno y que culminó en la presidencia de Eloy Alfaro, se concentra sobre todo en el momento más dramático, la odisea que atravesaron los obreros y diseñadores del paso llamado La Nariz del Diablo, que cobró la vida de tantos trabajadores sobre todo de los negros provenientes de Jamaica,  contratados por los ingleses pues se les atribuía tener la fuerza y la experiencia para realizar estos trabajos donde se necesitaba estar bien alimentado para resistir el clima y las adversidades, proyecto que tenía como objetivo romper la montaña de granito en la cordillera Occidental, para poder instalar los rieles de la vía del tren que debía ir incrustada en la montaña a más de 3000 metros de altura y con un clima infernal.

 

Los avatares de la construcción son matizados con la historia del personaje protagónico, nombrado en la novela como el bicho, derivado del nombre inglés bishop (obispo) que los jamaiquinos le pusieron por ser una suerte de capataz encargado de organizar y dirigir a los trabajadores en aquel tortuoso escenario.

 

La novela tiene agilidad y reúne varios elementos  atractivos para el lector como luego se verá en la explosión con dinamita para abrir la vía en la dura piedra de la montaña y que causa muertos y  como consecuencia, el capataz irlandés también sale herido, situación que da pie para la trama del noviazgo de éste con la hija de un político y hacendado conservador, recurso que le permite ingresar en los entretelones de la enconada lucha política entre liberales y conservadores que terminó con la masacre de los Alfaro en Quito. Desvela también los conflictos por captar el liderazgo al interior del propio partido liberal; eran esos años turbulentos como tantos de la política ecuatoriana.

 

La práctica periodística le ha proporcionado la técnica narrativa para manejar un lenguaje directo sin giros ni metáforas lo cual permite al lector una lectura fluida hasta el final de la novela. Contar la Historia no es fácil y llenar los vacíos que la investigación no aporta precisa sumergirse en el tiempo y en la mentalidad de los seres humanos que vivieron en dicha época, además, es necesario hacerlo de un modo convincente, creo que el autor logra ese objetivo literario, el de trasmitir las sensaciones y las emociones vividas por los personajes protagónicos.

 

 

( párrafo de la novela El bicho que se bajó del tren, pág. 109)

 

 

El tren llegó a Huigra el 2 de mayo de 1902. Desde allí, sin tomar resuello, la construcción siguió por los desfiladeros andinos hasta el pueblo de Sibambe, ubicado en la base de la montaña de piedra. El cura Baltasar Buenaño, ordinario del lugar y conspicuo enemigo del liberalismo, no pudo resistir, un inolvidable 4 de agosto de 1902, la tentación de echar agua bendita a la locomotora y a los vagones. Su pueblo dejaba de ser un punto perdido entre las montañas para transformarse en un cruce de caminos. Desde allí pronto partiría otro ferrocarril que conectaría Sibambe con Cuenca.

 

   Desde Sibambe, era posible contemplar el colosal trazado en zigzag de la ruta por la cual treparían las locomotoras por la Nariz del Diablo. Las explosiones habían concluido. No habría que pagar con más vidas el paso del ferrocarril. Ahora se alineaban durmientes y rieles sobre una plataforma pétrea que no cedería a las vibraciones ni a las tempestades.

 

 

EL PERPETUO EXILIADO:  RAÚL VALLEJO

 

Nacido en Manta, fundador y director de la revista Kipus de la Universidad Andina. Embajador del Ecuador en Colombia. Ganador en varios concursos literarios en Ecuador, entre otros: Fiesta de solitarios, premio Diario El Universo y  Joaquín Gallegos Lara, Huellas de amor eterno, premio Aurelio Espinosa Pólit, El Perpetuo exiliado ganó el premio internacional de novela  Héctor Rojas Erazo (2015).

 

El Perpetuo Exiliado, está centrado en la figura política de Velasco Ibarra, cinco veces presidente de la república ecuatoriana, designado en elecciones democráticas y, derrocado en cuatro períodos, sólo en uno de ellos llegó a culminar su gestión como presidente. Depuesto repetidamente por facciones militares y por las ambiciones de  políticos que pugnaban por alcanzar el poder, condición que siempre ha estado presente en la vida republicana del Ecuador.

 

La novela está construida teniendo como base sobre todo las cartas, diarios y una exhaustiva investigación  del autor que sigue con perseverancia los pasos de Velasco en sus destierros por varios países: México, Colombia, Chile y finalmente Argentina de donde es originaria  su compañera y esposa, la escritora Corina del Parral que lo acompañó, tanto en sus horas de triunfo como en las del exilio.

 

La técnica del collage que se menciona en la contra portada del libro, esta vez, Raúl Vallejo la aplica para romper con la escritura lineal de la narración al transcribir la correspondencia entre Velasco y su esposa, textos de diarios, así como memorias del autor desde su experiencia juvenil y desde su propia visión del personaje, la correspondencia recuperada sobre todo la de Corina del Parral permite conocer el lado más humano de Velasco Ibarra, elementos que le sirven al autor para estructurar la novela y que revelan en parte la psicología del personaje cuya figura hierática está todavía presente en la memoria de algunos ecuatorianos.  Paralelamente, se ponen en evidencia los absurdos y anacrónicos acontecimientos que se repiten en la vida política actual del país con fanfarria y diferentes máscaras, lejos ya de la fiesta velasquista.

  

 (Párrafo del Diario de los exilios, (por Corina Parral), encontrado por el autor en un puesto de libros usados en San Telmo, Bs.As.) 

 

Enero de 1940: Somos almas errabundas en tierras extrañas, caminantes expulsados de la casa propia que ha sido ocupada por los espíritus contrahechos de la maldad humana. La peregrinación dolorosa que nos espera recién ha comenzado, pero su costra de soledad ya nos envuelve. La política de un hombre consagrado a un ideal ha sido derrotada por la política rastrera envenenada de miserias. He cumplido treinta y cinco años en el silencio triste del destierro. (pag. 138)

 

…Durante la campaña electoral he soportado todo tipo de improperios por parte de esos fariseos que dijeron que mi presencia ultrajaba a la sociedad católica porque al llevarme del brazo, cosa que ellos consideraban una ostentación insufrible, José María hacía apología del pecado de la carne…(pag.139)