domingo, 9 de octubre de 2016

BIENVENIDA LA PAZ



BIENVENIDA LA PAZ

El resultado en Colombia sobre la consulta al pueblo para alcanzar la paz tuvo un revés desconcertante que causó un sentimiento doloroso en la población que votó por el Sí, y también en el resto de Latinoamérica que creyó en una paz definitiva como la meta primordial de los colombianos.
Esa fue la expectativa, creyendo, en principio, que ese paso fundamental era necesario para eliminar la violencia en esta parte del continente americano.
Es el momento crucial para que las jóvenes generaciones colombianas empiecen a fijar en su mente y a tener como ideal la convivencia pacífica tan necesaria en la construcción de una sociedad. El sentimiento de venganza debe ser extirpado y la terapia de reinserción un hecho real asumido con responsabilidad y convicción. Porque no solo son los grupos guerrilleros los implicados sino también los grupos paramilitares, organizados y financiado para cometer también crímenes sin nombre. Todos quienes participaron en la guerra que ha manchado de sangre a Colombia tienen que responsabilizarse por ese medio siglo de matanzas, incluida la sociedad que se acostumbró a vivir en medio de la desgracia de sus semejantes y la pasividad de los latinoamericanos cuando un país hermano ha estado sumido en la violencia y la injusticia.
Pero no muy lejos de esta contienda, vemos también, cómo la guerra consume al Medio Oriente, y cómo ésta repercute y se extiende a Europa por el terrorismo  junto a la espantosa tragedia de los refugiados. La avalancha de refugiados en Europa sólo se detendrá, cuando se haya conseguido la paz en esos territorios envueltos en una guerra confusa provocada por las élites gobernantes de los países implicados, y por los intereses tenebrosos que los arrastran al crimen colectivo.
Lejos de la propaganda demencial que quiere convencer a los seres humanos, que la guerra, la agresión y el uso de las armas son normales y necesarios, están las poblaciones conscientes,  que abren los ojos ante el horror de la violencia provocada por intereses oscuros de apropiación de recursos naturales, para ampliar sus corporaciones y negocios y de este modo dominar a la población mundial empobrecida. Quienes están en contacto con la tierra, saben que la naturaleza es pródiga y generosa, no nos vende sus frutos, nos los regala cuando la sabemos manejar con respeto, sin necesidad de forzarla como se lo hace en la forma mercantilista que nos rige actualmente.  Si tomáramos en cuenta las leyes de la naturaleza, nadie sufriría hambre y el mundo sería un paraíso real no el prometido por las religiones.
La situación calamitosa que refleja el mundo actual nos está diciendo a gritos que estamos bajo formas de gobierno desequilibradas, incoherentes, con jefes de estado que como cualquier psicópata o delincuente provocan situaciones de violencia para lograr objetivos perversos.  Tenemos ante nosotros un gran dilema, o seguimos adormecidos, o despertamos para buscar nuevas vías para la práctica de una real democracia, no el lugar común y desgastado que sale de la boca de falsos líderes ególatras que nos quieren imponer sus ambiciones.
Bienvenida la paz y la construcción de un mundo diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario