miércoles, 12 de enero de 2022

LO QUE VIENE DESPUÉS

Acosados por el desastre que está causando un ser microscópico que ha puesto en jaque a la humanidad, hoy más que nunca los países deberían volcarse sobre sí mismos para reconocer sus realidades desde una visión propia, y desde ese punto ir encontrando las soluciones que les conciernen internamente. En estos precisos momentos son visibles los intereses externos y sus representantes a lo interno, que siempre están buscando el negocio, se ponen la máscara de benefactores, hacen préstamos y aparentes donaciones condicionándolos a sus objetivos de obtener ganancias en las grandes crisis. La pandemia ha visibilizado con mayor crudeza las injusticias, desigualdades y debilidades del sistema social mundial. Estados Unidos, el país más rico de la Tierra, muestra sus llagas de pobreza y marginalidad más que ningún otro del planeta, sobre todo en estos momentos en los que se hacen presentes las carencias insospechadas y la impotencia del sistema de salud para hacer frente a una epidemia de semejante magnitud. No solo la muerte de gran parte de la población, sino las consecuencias de hambre y de paralización de la actividad productiva capitalista que depende tanto de la fuerza de trabajo para sostenerse. Qué vendrá después de esta experiencia colectiva, nos preguntamos. El hambre que esa mayoría de seres humanos atraviesa actualmente con el pasar de los días puede acentuarse si los gobiernos no toman acciones reales para dar de comer a tanta gente. Los empresarios: exportadores, importadores, industriales, los negociantes de la minería y del petróleo, no perciben, no tienen la sensibilidad ni la conciencia para captar la devastación que causa el hambre en el mundo. Cómo puede seguir siendo la misma esta sociedad a la que hemos estado acostumbrados ricos y pobres, cuando los que ejercen los poderes económicos y políticos pretenden obtener ganancias como antes, se niegan a que les aumenten los impuestos además de exigir que les devuelvan lo pagado, y pretenden que sus trabajadores ganen menos y trabajen más para entrar en una etapa de neo esclavitud que ya se veía venir por el grado de desocupación a la que ha llegado la población que vive de un mezquino salario. Cómo puede ser posible que seres humanos mueran de hambre, enfermedades y violencia ante nuestros ojos, y las cosas sigan como están. Según los poderosos, ha sido así siempre y así será, nada les hace reflexionar en el derecho que sus semejantes tienen de alimentarse bien, mantenerse saludables, y de tener un desarrollo de conocimientos que los acerquen a lo científico y humano, condición para alejarlos del resentimiento y de la violencia como único recurso para salvarse. Cómo pueden dormir tranquilos si tienen una espada de Damocles sobre sus cabezas cuando ronda la violencia a su alrededor, contenida por un ejército armado para proteger sus posesiones, pero que en cualquier rato aquella situación puede dar un giro dramático. La muletilla de la amenaza ideológica ha servido de pretexto para que las dictaduras represivas y los oportunistas y charlatanes se apoderen de los gobiernos, se aprovechen de los privilegios que obtienen para llenar sus bolsillos y los de sus allegados. La lucha para sobrevivir a los desastres que causan hambruna y más miseria, es tan palpable en estos momentos, a raíz de la expansión de la enfermedad causada por el virus, que ha despertado en muchas personas la percepción consciente de desarrollar el sentido comunitario y de solidaridad a pesar del aislamiento obligatorio. Los pueblos y pequeñas ciudades han comprendido la necesidad de una organización colectiva eficaz para lograr ordenar los auxilios y la colaboración de sus pobladores. Es una experiencia práctica que puede dar la pauta para establecer gobiernos locales que asuman la responsabilidad de coordinar las tareas y al mismo tiempo puedan ser orientados por los vecinos sean de barrios o de pequeñas poblaciones en asambleas democráticas, para evitar abusos, estafas, y pretensiones de caudillismos. La alternativa está en tomar caminos auténticos de participación comunitaria, si queremos hacer de este mundo un lugar seguro y esperanzador para la humanidad.

1 comentario: